Al Valle de Ordesa le corresponde el mérito de ser el embrión del actual Parque Nacional.

Con un desnivel de más de 2.000 metros entre la cabecera y la parte más baja del valle, el de Ordesa es un magnífico cañón de unos 13 km de longitud, esculpido por antiguos glaciares y la fuerza y persistencia del Río Arazas que lo surca antes de desembocar en el Ara.

Con los grandes fríos del Pleistoceno, enormes espesores de hielo se deslizaron por Ordesa hasta el Valle de Broto creando el característico perfil del valle en "U", las verticales paredes, los farallones y las fajas o cornisas horizontales, esculpidas por la diferente resistencia a la erosión de las calizas que encontramos a lo largo del valle.

En su parte más alta podemos observar grandes extensiones de rocas desnudas, cuarteadas y surcadas por unas características hendiduras que nos presentan un paisaje pétreo. Descendiendo al valle, la erosión fluvial provocó un ahondamiento posterior del cauce, el cual se nos muestra en estrechamientos y cascadas a lo largo de todo su recorrido: Cascada de la Cola de Caballo, Gradas de Soaso, Cascada del Estrecho...

Y todo ello rodeado de bosques, conservados en estado prácticamente natural, sobretodo de pino rojo, que gustan de las laderas solanas; de hayedos que encontraremos en las zonas más umbrías; y de abetos y pino negro en las más abruptas y de más altitud.

La visita al Valle de Ordesa es uno de los motivos por excelencia para realizar tursimo rural por el Pirineo de Huesca, Casas Ordesa está en una situación completamente privilegiada.