Aragón es, sin duda, una de las comunidades autónomas con más pueblos abandonados de España, muchos de ellos accesibles, con entornos espectaculares y cargados de historia. Hoy, os proponemos una ruta de pueblos abandonados por Aragón, perfecto para recorrer en coche y, aunque podéis llegar a visitar varios en el día, os aconsejamos hacerlo en varios días. Empecemos con estos lugares olvidados pero con mucho que contar.
1. El pueblo abandonado de Belchite
Uno de los más conocidos y sin duda, el más simbólico. El pueblo abandonado de Belchite fue escenario de una de las batallas más cruentas de la Guerra Civil Española en 1937. Tras su destrucción casi total, el régimen franquista decidió dejar las ruinas tal y como quedaron y construir un pueblo nuevo junto a él.
Hoy en día, las ruinas del antiguo Belchite se pueden visitar con guía (imprescindible reservar). Pasear por sus calles en silencio, entre iglesias derruidas y fachadas acribilladas por balas, es una experiencia emocionalmente fuerte. Está en Zaragoza, y por el momento solo es accesible con visita guiada para conservar mejor el lugar.
2. Pardos
A menos de 80 km de Belchite se encuentra Pardos, otro pueblo de Zaragoza abandonado en los años 70 debido a la despoblación. En este caso, la historia no es bélica, sino económica. Situado en el altiplano del Campo de Daroca, Pardos fue quedándose sin vecinos hasta quedar vacío, como tantos otros de la llamada «Laponia española».
Lo curioso de Pardos es que, a diferencia de Belchite, puedes recorrerlo libremente. Algunas casas mantienen los muros en pie, y otras han sido tomadas por la vegetación. Es un lugar ideal para la fotografía rural o simplemente para perderse en el silencio.
Hay algo curioso, y es que en 1995 acogió a un único habitante, el archiduque Hugo, pero en cuento se marchó volvió a ser un pueblo abandonado, aun con la asociación sociocultural que se creó en 2005, «Amigos de Pardos».
3. El pueblo abandonado de Escó
Subiendo hacia el norte, llegamos al pre pirineo zaragozano. El pueblo abandonado de Escó se encuentra a orillas del embalse de Yesa, muy cerca del límite con Navarra. El pantano fue precisamente lo que causó la despoblación: la construcción del embalse obligó a realojar a los vecinos en otros pueblos.
Hoy, Escó se mantiene como solo una parte de lo que fue, con varias casas y la iglesia aún en pie. La estampa del pueblo, encaramado en la ladera con el embalse al fondo, es sencillamente espectacular. Se puede subir caminando por un sendero y recorrerlo libremente.
Como curiosidad, el pantano cubrió parte de su huerta, pero el núcleo urbano no quedó inundado.
4. Finestres
Nos adentramos ya en la provincia de Huesca para llegar a uno de los pueblos más fotogénicos de esta ruta. Finestres está colgado en una ladera sobre el embalse de Canelles, en la comarca de la Ribagorza. Aunque pertenece al municipio de Estopiñán del Castillo, es un pueblo abandonado desde hace décadas.
Lo más impresionante de Finestres no es solo el caserío ruinoso, sino el entorno que lo rodea: la conocida como «muralla china de Huesca», una formación natural de roca caliza que recuerda a la Gran Muralla. El paisaje es brutal, y el acceso, aunque largo, merece totalmente la pena.
Puedes acceder por una ruta de senderismo, que es unos 6 kilómetros aproximadamente desde el punto de inicio en Estopiñán del Castillo, y en verano puede verse parcialmente cubierto por las aguas del embalse. Si ya de paso quieres hacer día, os aconsejamos que os paséis por nuestra casa rural en Huesca.
5. Bubal
Seguimos rumbo al norte, hacia pleno Pirineo, descubriendo uno de los ejemplos más curiosos de reaprovechamiento de pueblos abandonados. El pueblo Bubal en Huesca fue expropiado por la construcción del embalse que lleva su nombre. Durante años estuvo deshabitado, pero a diferencia de otros, ha tenido una segunda vida.
Hoy, Bubal es un «pueblo escuela», gestionado por el Ministerio de Educación. No vive nadie de forma permanente, pero en él se organizan actividades escolares y medioambientales, lo que ha permitido recuperar parte de las casas. Está en el Valle de Tena, y hay una carretera hasta el embalse, aunque tiene una acceso limitado al recinto.
6. Sierra Estronad
Terminamos la ruta en una de las zonas más despobladas de Aragón, Sobrarbe. La Sierra Estronad no es un pueblo en sí, sino un conjunto de aldeas abandonadas en el entorno del embalse de Mediano. Algunas de ellas, como Muro de Bellós, Trillo o Villanueva de Mediano, tienen todavía restos de casas, iglesias y pajares.
Esa genial, ya que permite rutas circulares por antiguos caminos, cruzando por varios núcleos abandonados. Una forma de entender cómo se vivía en estos valles antes de la llegada del embalse y la despoblación.
Otros pueblos abandonados en Aragón que quizá te interesen
Si te has quedado con ganas de más, aquí te dejamos una lista rápida de otros pueblos abandonados en Aragón que puedes hacer en futuras rutas:
- Janovas (Huesca), expropiado por un embalse que nunca se construyó. Hoy está siendo rehabilitado.
- Otín (Zaragoza), pueblo deshabitado en el Parque Natural del Moncayo.
- La Muda (Teruel), apenas quedan algunas paredes, pero su historia está llena de misterio.
- El Solanar (Zaragoza), rodeado de viñedos, hoy en ruinas.
- Ainielle (Huesca), situado en la comarca natural de Sobrepuerto.
- Tiermas, a orillas del río Aragón, inundado en parte por el embalse de Yesa.
¿Cuántos pueblos abandonados hay en Aragón?
No existe un registro oficial exacto, pero se estima que en Aragón hay unos 200 pueblos abandonados o deshabitados. Esta cifra varía según los criterios, porque algunos se consideran abandonados si no tienen residentes permanentes, otros solo si no queda ninguna casa en pie.
La mayoría se concentran en las provincias de Huesca y Zaragoza, sobre todo en zonas montañosas o donde la construcción de embalses obligó a evacuar núcleos enteros. La despoblación, la emigración a la ciudad, la falta de servicios o incluso la guerra fueron causas comunes del abandono. Lo bueno es que cada vez hay más iniciativas para recuperar estos pueblos a través del turismo rural, la restauración de patrimonio o incluso el realojo de nuevos pobladores. Así que quizás, en unos años, podamos volver a algunos de ellos.
¡Esperamos que os haya gustado esta ruta de pueblos abandonados por Aragón!